Sigmund Freud fue interpretado en la pantalla por actores de la talla de Montgomery Clift, Curd Jürgens o Viggo Mortenssen y su figura se transformó en un ícono de la cultura. El cine representó al padre del psicoanálisis junto a sus pacientes clásicos, como Elizabeth von R., Anna O., o el Hombre de los Lobos, pero también a Gustav Mahler, Marie Bonaparte o Lou Andreas-Salomé. Y, por cierto, a pacientes apócrifos, como al joven Indiana Jones, Sherlock Holmes, Adolf Hitler, el Sr. Spock, el vampiro de Transilvania y hasta León Trotsky, en una reciente producción de Netflix.

Esta larga serie de representaciones, que van de lo sublime a lo ridículo nos informa sobre el carácter revulsivo del psicoanálisis. Su visionado permite pensar la tensión entre ética y estética, y leer en qué medida el cine ha guardado, o no, fidelidad a la obra y pensamiento de Freud, a la vez que apreciar su actualidad desde una renovada experiencia como espectadores.

El ensayo cinematográfico tuvo su Avant Première en la apertura de la Bienal de Cine y Psicoanálisis de Aix-en-Provence, Francia e integró las actividades conmemorativas por los 80 años de la muerte de Freud con una función privada en el Cine Cosmos-UBA. Realizado con el apoyo del Departamento de Video de la Facultad de Psicología de la UBA, es un emprendimiento sin fines de lucro, para uso exclusivo de docencia e investigación.